viernes, 28 de marzo de 2014

ILLÍADA

LA ILLÍADA

La Ilíada es una epopeya griega que consta de 15,693 versos los cuales han sido divididos en 24 cantos. Se le conoce como el poema más antiguo de la literatura occidental y su autoría se le atribuye a Homero. El título de la obra deriva del nombre griego de la ciudad de Troya, es decir, Ιlión. Los acontecimientos que se narran tienen lugar durante el décimo y último año de la guerra de Troya.
La evidencia histórica, arqueológica y lingüística sugiere que tanto la Ilíada como laOdisea fueron escritas entre el siglo VIII a. C. y el siglo VII a.C., pero se cree que antes de su escritura fueron transmitidas durante siglos por tradición oral, ya que estos poemas eran recitados de memoria por los aedos (poetas cantores). Debido a lo anterior es que resulta difícil dar una fecha exacta de su composición.
            Para los antiguos griegos, los hechos que se relatan en esta epopeya eran considerados como verdaderos. Para ellos esta guerra había ocurrido entre los siglos XIII a. C. y XII a. C., cerca del estrecho de los Dardanelos ubicado al noroeste de la península de Anatolia (hoy Turquía). Sin embargo, en tiempos modernos, tanto la guerra como la ciudad de Troya se consideraron como parte de la mitología griega.
            En resumen, la Ilíada centra su atención en la ira de Aquiles, narra cuál fue la causa de ésta, las consecuencias que tuvo y finaliza con los funerales de su enemigo Héctor.
            Nueve años después del inicio de la guerra de Troya, el ejército griego (también conocido como los aqueos) saquean Chryse, un pueblo aliado con Troya. Durante la batalla, los aqueos capturan un par de hermosas doncellas, Criseida y Briseida. Agamenón, el líder de las fuerzas aqueas, toma a Criseida como premio y Aquiles, el de los pies ligeros, toma a Briseida. El padre de Criseida, Crises, quien se desempeña como sacerdote del dios Apolo, ofrece un rescate a cambio de su hija, pero Agamenón se niega a devolver a Criseida. Crises reza a Apolo y éste envía una plaga sobre el campamento aqueo.
Muchos aqueos mueren a causa de la plaga, así que Agamenón consulta al profeta Calcante para determinar la causa de la peste. Resulta que Agamenón tiene que devolver a Criseida para detener la afrenta y, como consecuencia de su enfado, exige a Briseida como compensación. Aquiles se pone furioso por este insulto, regresa a su tienda de campaña en el campamento del ejército y se niega a seguir combatiendo en la guerra. En su afán de venganza anhela ver a los aqueos destruidos y le pide a su madre, Tetis, que convenza a Zeus, rey de los dioses, para que cumpla este fin.
            Con el apoyo de Zeus a los troyanos y Aquiles negado a luchar, los aqueos sufren grandes pérdidas. Varios días de intensos conflictos sobrevienen, se suscitan duelos entre Paris y Menelao, así como entre Héctor y Ayax. Los aqueos no progresan en combate y los troyanos aprovechan para obligarlos a refugiarse detrás de las murallas que protegen a las naves griegas. Los troyanos rompen las murallas aqueas, avanzan hasta el límite del campamento aqueo y prenden fuego a una de las naves. La derrota parece inminente, ya que sin los barcos, el ejército griego quedaría varado en Troya.
            Preocupado por sus compañeros, pero aún demasiado orgulloso como para ayudarlos, Aquiles accede a seguir el plan propuesto por Néstor. Dicho plan implica que Patroclo, su amigo y primo, tome el lugar de Aquiles en la batalla vestido con su armadura. La presencia de Patroclo en el campo de batalla ayuda a que los aqueos retiren a las tropas troyanas de nuevo a las murallas de la ciudad. Apolo entra en auxilio de los troyanos y derriba a Patroclo al suelo, Euforbo lo hiere y Héctor lo mata. Se desata una lucha entre ambas partes por reclamar el cuerpo de Patroclo y la armadura Aquiles. Héctor termina con la armadura, pero los aqueos, gracias a un esfuerzo de Menelao y otros, logran llevar el cuerpo a su campamento. Cuando Aquiles descubre que Héctor ha matado a Patroclo, se llena de dolor y rabia y accede a reconciliarse con Agamenón y unirse a la batalla. Tetis va al monte Olimpo y convence al dios Hefesto para que forje una nueva armadura para su hijo. A la mañana siguiente, Aquiles vuelve a la batalla a la cabeza del ejército aqueo.
            Mientras tanto, Héctor, no esperaba que Aquiles volviera al combate, así que ordena a sus hombres que acampen fuera de las murallas de Troya. Cuando el ejército troyano atisba a Aquiles, huye de terror detrás de las murallas de la ciudad. Aquiles reduce cada troyano que ve. Finalmente, Aquiles se enfrenta con Héctor fuera de las murallas de Troya. Avergonzado por el mal consejo que dio a sus compañeros, Héctor se niega a replegarse al interior de la ciudad con ellos. Aquiles le persigue en la periferia de la ciudad tres veces, pero la diosa Atenea finalmente convence a Héctor de dar la vuelta y luchar contra Aquiles. En un duelo dramático, Aquiles mata a Héctor. Acto seguido amarra los talones del cuerpo sin vida de Héctor a la parte de atrás de su carro y lo arrastra a través del campo de batalla. Después de esto, los aqueos celebran el funeral de Patroclo con una larga serie de juegos deportivos en su honor. Durante los próximos nueve días Aquiles arrastra el cuerpo de Héctor alrededor del féretro de Patroclo.
            Los dioses acuerdan en que Héctor merece un entierro digno. Zeus envía al dios Hermes para escoltar a Príamo, padre de Héctor y rey de Troya, al campamento aqueo. Con lágrimas, Príamo ruega a Aquiles que se apiade de un padre privado de su hijo y regrese el cuerpo de Héctor. Conmovido, Aquiles finalmente cede y devuelve el cadáver de Héctor a los troyanos. Ambas partes acuerdan una tregua temporal, y Héctor recibe el funeral de un héroe.